RUTA POR CASTILLOS DE HUESCA
Tomando como punto de partida la ciudad de Huesca, la ruta a seguir debe mantener el curso que le marcan los cuatro castillos
más representativos de la provincia. Comenzando por Loarre y terminando en Monzón, la provincia oscense da buena muestra
de su pasado histórico.
De todos ellos Loarre es el más sobresaliente. De estilo románico, está formado por un castillo-convento y un recinto
amurallado que data de los siglos XI-XII. Es sin duda un imponente lugar, aupado sobre una atalaya, de planta irregular que
está rodeado por una doble muralla con torres cilindricas y dos puertas. Su presencia y transcendencia lo convierten en el
castillo por excelencia de Aragón.
A unos 30 kilómetros de Loarre atravesamos Huesca rumbo al Somontano por la carretera que une la capital altoaragonesa con
Barbastro. Rápidamente, nada más cruzarla, la vista se dirigirá al castillo de Montearagón, construido en el siglo XI. Desde este
estratégico enclave los reyes aragoneses ordenaron el asedio y la conquista de la Huesca musulmana.
Continuando por la N-240, y antes de llegar a la ciudad de Barbastro tomando el desvío hacia Alquézar, el Castillo-Abadía de
Al Qasar Banu Jalaf será el tercer punto de parada de los cuatro que forman este viaje por castillos oscenses. En un extremo de
esta hermosa población, sobre una pintoresca peña rojiza, se levanta este castillo-colegiata, símbolo identificativo de Alquézar.
Retomando la vía principal por la que hemos llegado, terminaremos este «viaje almenado» en Monzón para contemplar el
castillo de Los Templarios, construido sobre un cerro y distribuido en cinco edificios en forma dispersa: torre mayor, capilla
románica, sala con bóveda apuntalada y dos torres más. Un rumbo, una dirección y mil sensaciones para disfrutar a los pies de
murallas y torreones por tierras oscenses.
Una fortaleza sin almenas
La Ciudadela de Jaca es otro de los referentes históricos de Aragón. Perfectamente conservado el «Castillo de San Pedro»,
nombre original que posteriormente derivó al actual, es una fortaleza pentagonal del siglo XVI rodeada por un foso. Junto con
la de Lieja (Bélgica) es la única de tipo pentagonal que se conserva completa y fue declarada monumento de carácter histórico-
artístico en 1951. Conforme el viajero va aproximándose a La Ciudadela, a través del puente levadizo, y hasta llegar a la plaza
de armas, su consciencia va dimensionando la importancia de este lugar.
Otros castillos ubicados en territorio oscense son: Aínsa, Albalate de Cinca, Almudévar, Barbués, Benabarre, Boltaña, Larrés,
Monflorite, Roda de Isábena, Samitier.
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