RUTA POR CASTILLOS DE TARRAGONA
Señores feudales, bellas doncellas y valientes soldados habitaron en la Edad Media unos castillos que, siglos después, abren
para usted sus portones y rejas. En Cataluña hay unas 600 fortalezas de esta época, muchas de las cuales pueden visitarse todo
el año.
Siguiendo el recorrido por los castillos de Lleida, una provincia con gran cantidad de fortificaciones y que, por este motivo, es
conocida como la “la Castilla de Cataluña” , hallará Montsonís, Montclar, Florejacs, Pallargues, Vicfred y Mur: las fortalezas
que integran este itinerario guiado. Durante estas visitas aprenderá cómo eran las costumbres y la vida en el medievo, la
historia de estas construcciones y sus anécdotas. Pero hay más: si lo desea, podrá participar en actividades culturales que van
desde conciertos de música hasta cursos y talleres, conferencias, jornadas medievales y gastronómicas. También puede alojarse
en alguno de estos castillos de piedra, hoy reconvertidos en hoteles de lujo o bien en restaurantes En las oficinas de turismo
podrá recabar una información más completa sobre los horarios, precios y paseos guiados.
Tarragona, tierra de templarios
Más al sur, en Tarragona, le espera la Ruta del Temple. Esta orden militar, cuya finalidad era proteger a los viajeros que
peregrinaban a Tierra Santa en la Edad Media, dejó en esta zona un importante legado. Acérquese a Miravet, un pequeño
pueblo a orillas del río Ebro, cuyo castillo imponente domina el paisaje. La fortaleza fue el último lugar de resistencia de los
caballeros templarios en Cataluña en el siglo XIV, y es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar medieval
catalana. Recorra sus estancias y murallas, sus torreones y atalayas, y deje que su imaginación le traslade a tiempos de reyes y
guerreros. Suba a lo más alto, desde donde podrá disfrutar de una hermosa panorámica. En el mes de agosto, este castillo es el
escenario en el que se representa la obra teatral El asedio de Miravet, que recuerda el legendario sitio de ocho meses que
sufrieron los templarios antes de su capitulación a manos del rey Jaime II.
A menos de 40 kilómetros, en Tortosa, se alza otra fortaleza templaria, hoy convertida en Parador de Turismo: el castillo de La
Suda. Desde aquí podrá contemplar la ciudad, así como el precioso entorno que rodea al río Ebro. Aproveche la ocasión para
recorrer su casco antiguo y ver la Catedral o el conjunto del Palacio Episcopal. Hay muchos más castillos repartidos a lo largo
de la Costa Dorada. Lo comprobará en Ulldecona, cuya fortificación es un buen ejemplo de arquitectura militar; en Tamarit,
con su fortaleza que asoma al mar desde un saliente; en Altafulla, o en Torredembarra, con un bello castillo renacentista del
siglo XVI.
TEXTO SACADO DE ESPAÑAESCULTURA.ES