Jiménez Esteban clasifica en cuatro tipos los castillos, atendiendo a su situación o emplazamiento. En primer lugar
los "roqueros", que son aquellos situados en un risco y adaptados al terreno, formando plantas irregulares y
aprovechando al máximo rocas y cortados que constituyen sus defensas naturales. En la zona, lo que se dice
adaptados a la topografía del lugar, lo son casi todos, e igualmente casi todos están sobre una base rocosa y
escarpada que en parte constituye sus defensas naturales. Puede que el caso más claro sea Torre Víboras, pero no
dejan de cumplir ambas condiciones ni Alcalá, ni la Peña de Martos, por ejemplo.
Un segundo tipo son los denominados "montanos". Se dice de aquellos que se ubican al final de una meseta,
dominando desde allí el terreno que se encuentra a sus pies. Si tomamos el caso de Alcalá como una alcazaba y
separamos lo que era población propiamente dicha del área estrictamente militar que circunda el patio de armas
(dado que el conjunto está asentado sobre una meseta) la parte más alta, ocupada por las torres del Homenaje,
Mocha y de la Campana podría ser considerado como del tipo montano. Puede que a este tipo se adapte más el de la
Torre (Fuensanta de Martos), pues una de sus vertientes es más escarpada y la otra más suave, situándose el citado
castillo en la parte más elevada dominando el camino que hay a sus pies.
El tercero de los tipos estaría integrado por aquellos que se ubican en llano, tanto aislados como en ciudad. Siendo
nuestra comarca de relieve pronunciado y bastante montañosa hay pocos llanos donde edificar nada, ya sea
población o castillo. Los casos que más se acercarían serían el de Alcaudete, el de Martos (en la Villa, no el de la
Peña), y, tal vez, Locubín pero que sin embargo creemos que coinciden con el cuarto de los tipos descritos por el
autor citado.
Esa cuarta clasificación se corresponde con los edificados en cerro o monte.
Los castillos en cerro o monte, distintos de los roqueros, son fortalezas edificadas, aisladas o en una ciudad,
basando su protección o defensa determinada por la altura del monte sobre el que se hallan emplazados. Como
hemos dicho, a esta categoría corresponderían claramente los dos casos aludidos. De la división propuesta cabe
una o varias posibles subdivisiones. Cabría agrupar los que defienden el paso de un río, los construidos para
defensa de un puerto, los pensados para defenderse contra sublevaciones de una ciudad y, por sus características
singulares, los castillos de las órdenes militares. De los correspondientes a éstas aquí se pueden contemplar
perfectamente varios de ellos (La Peña, La Villa, Víboras...).
ROQUEROS MONTANOS LLANO CERRO O MONTE